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lunes, 21 de mayo de 2012

Refundando la humanidad

Con tantos movimientos refundacionales pululando por ahí, como la Concertación tratando de re-inventarse, o parte de la Alianza, en delicados contubernios con la DC, o el PPD, en escabrosos "amoríos" con el PC, que tanta resistencia genera en sus socios concertacionistas y tanta alarma despierta en la derecha, me pregunto si no sería mejor que todos los hombres de buena voluntad refundáramos la Humanidad...



Porque está claro que la sociedad humana ya no puede seguir por el sendero que transita actualmente, no podemos seguir sobre explotando los recursos naturales, destruyendo  el planeta, fagocitándonos cuanta riqueza exista, sobreconsumiendo irresponsablemente,  como enajenados, mientras la hambruna esta diezmando comunidades enteras.



Echemos abajo las actuales estructuras, pero calma, sin violencia, sin heridos, sin víctimas ni victimarios, sin dolores, sin crímenes, sin torturas.

Hagámoslo con respeto, con amor, con solidaridad, con ecuanimidad, con justicia, con equidad, sin imposiciones, sin arrogancia, sin prepotencia, sin injusticias, sin golpes de estado

Hagámoslo seduciendo a los otros, enseñándoles que, cuidando el planeta cuidamos a sus futuros nietos y bisnietos, a ellos que tanto quieren perpetuar sus ilustres apellidos, digámosles que así podrán seguir multiplicándose, generación tras generación.

Enseñémosles el valor de la equidad, de la justicia, de la generosidad, de la paz.

Enseñémosles que habiendo paz social, todos podremos disfrutar de mayor bienestar, de mayor seguridad, de mayor libertad, eduquémoslos, mostrándoles el camino, explicándoles que una sociedad más justa, constituye comunidades más felices, y las comunidades felices no roban, no delinquen, no matan, y que por lo tanto, todos podremos caminar tranquilos por las calles, no importando lo tarde que sea o lo oscuro de la noche, que no habrá callejones sin salida, porque todos estaremos prestos a indicarle el camino a quienes aún no puedan encontrarlo.

lunes, 14 de mayo de 2012

Las cosas claras

Debo reconocer que de las dos coaliciones que hoy usufructuan del sistema binominal, la Concertación  me resulta mucho más cercana que la  Alianza.

Sin embargo, no soy concertacionista, ni estoy conforme con los sucesivos gobiernos que tuvo la Concertación durante 20 años.


Pero otra cosa muy distinta es observar la desfachatez de la derecha que hoy pretende juzgar  a la ex presidenta Bachelet por las muertes ocurridas durante el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010. Y no estamos hablando de un simple juicio político, sino de un real juicio ante la justicia.
Aunque resulte evidente, me explico respecto a mi propio juicio sobre esta situación:

Resulta que estos mismos señores nada dijeron durante los 17 años de dictadura en que se violaron sistemáticamente los Derechos Humanos en nuestro país, en que se mando a matar a personas por el solo hecho de pensar distinto. Por el contrario, defendieron tenazmente al principal responsable de tales muertes, a quien declarara arrogantemente que en Chile no se movía una hoja sin que el lo supiera, a quien  se autoproclamó salvador de la patria y terminó siendo juzgado como un vulgar ladrón, un vulgar defraudador, que se enriqueció merced al control absoluto que tenía del Estado y de las instituciones que lo regulaban.

En cambio, sin dejar de estar de acuerdo con el hecho de que el espectáculo dado por la Concertación en su "manejo" de la situación durante las primeras horas post terremoto fue lamentable y penoso, considero impresentable que estos señores, tan permisivos con el ya fenecido dictador, traten de culpar, con carácter de criminales, a quienes nunca actuaron con dolo, sino simplemente errados por informaciones confusas y tardías de organismos técnicos que no supieron interpretar mensajes de expertos o que no tenían la suficiente preparación para analizar los hechos con mayor certidumbre, configurando un escenario en que, aunque hubieran estado en el gobierno los "campeones" de la eficiencia, los resultados habrían sido similares.

¿O acaso algún personero de la Concertación ordenó a algún oscuro personaje de alguna supuestamente vigente policía secreta, que provocase un terremoto, con tsunami incluido, para eliminar a ciudadanos que le estaban provocando alguna molestia política? Si alguien puede demostrar esto, entonces claro que sí, la concertación es culpable de aquellas muertes y se le debe juzgar por un crímen de lesa humanidad, tal como debieron ser juzgados varios integrantes de aquella nefasta época dictatorial, entre los cuales se encuentran, al menos por silencio cómplice, varios que hoy conforman el actual gobierno y se autoerigen como acusadores, dotados de una autoridad moral que perdieron hace mucho tiempo.

Hoy es muy fácil ufanarse de efectivos cuando, en conocimiento de una catastrofe reciente, se evacua a la gente sin ningún análisis previo, evitando todo riesgo inmediato, pero con el claro peligro de caer en el cuento de Pedrito y el lobo y que cuando sea realmente necesario, la credibilidad esté por el suelo, como ya le sucede a este gobierno en tantos otros aspectos.


Insisto, podrá decirse que los personeros de la concertación fueron ineficientes, imprecisos, confusos, pero en ningún caso, culpables de la muerte de quienes cayeron víctimas del tsunami, que por lo demás es un hecho de la naturaleza, incontrarestable, inesperado, y que por el caos que provoca, hace muy dífícil tomar decisiones acertadas y comunicarlas oportunamente.

 A todos nos duele profundamente la muerte, pero ni siquiera podríamos asegurar que, de haber habido una información más certera y oportuna, esas vidas se hubieran salvado, por que no podemos garantizar que aquellas personas hubieran escuchado o no los instructivos o que, de haberlos escuchado, los hubieran acatado en su totalidad.

Todo este esfuerzo de la Alianza por que se juzgue a la ex presidenta, me suena más a estrategia comunicacional para bajar la popularidad de quien ven como un gran peligro para su continuidad en el gobierno, lo que por lo demás es bastante inmoral, porque se está utilizando el dolor de muchas familias para sacar dividendos políticos.

Ya es hora que seamos serios  y trabajemos de verdad por un Chile mejor, más justo, más solidario, más equitativo.

Si de verdad nos importa tanto la vida de nuestros compatriotas, entonces hagamos algo por que todos tengan acceso a la salud y no se mueran tantos chilenos solo porque no tienen el dinero suficiente para pagar los onerosos precios que el "bendito" mercado dispone, ya que el sistema de salud del Estado es tan precario, gracias precisamente a la política de mercantilización de la Salud que estos mismos señores aliancista defienden con tanto encono.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Orientaciones

Que oportunidad perdió monseñor Ezzati al referirse a las declaraciones del Cardenal Medina sobre Manuel Zamudio, podría haber dado muestras de real humanidad respecto al drama que viven miles de compatriotas discriminados por su orientación sexual, podría haber mostrado más que compasión, respeto por la opción de vida de cada ser humano que habita el tan atribulado planeta tierra.
Daniel Zamudio
Sin embargo, se limitó a declarar que "la dignidad de las personas no depende de si se nace con un brazo o dos", escabullendo referirse a lo fundamental de lo dicho por Medina, o más bien, deslizando incluso una velada crítica a la "conducta homosexual" al afirmar que la dignidad es "parte de la vida misma de las personas".
Me hubiese gustado escuchar una férrea defensa del derecho a optar libremente respecto de nuestra sexualidad,  con la sola condición de respetarnos los unos a los otros, de actuar con verdadero amor.

Creo, sinceramente, que el mundo que vivimos necesita más sensibilidad, más amor, más ternura, más tolerancia, y en eso, la iglesia, que tiene tantos seguidores, debe jugar un papel preponderante, pero para ello, deben dotar su dogma de más humanidad, ser más terrenos.

Reforma tributaria ¿para quienes?

Sin ánimo de polemizar, en esto de la reforma tributaria hay dos cosas que llaman poderosamente la atención, la primera es que la concertación la encuentre pobre, solo un ajuste, cuando ellos en 20 años de gobierno no fueron capaces de jugarse por un mayor tributo, para financiar las políticas sociales.

Lo segundo es que, mirado desde la ciudadanía, un simple análisis revela de inmediato, que el ajuste, bueno ya, sigamos llamándolo reforma, está orientado a satisfacer las espectativas de una clase media, que busca desesperadamente arrimarse a los sectores más pudientes de nuestra sociedad.

Puede ser legítimo o no, pero lo que me parece es que se deja de lado la oportunidad de reducir la brecha entre los más pobres y los más ricos, privilegiando el reclamo de un sector que, por su nivel educacional, tal vez podría modificar su intención de voto según las señales que dé el gobierno en materia económica.
Un hecho sintomático es el subsidio en el gasto en educación a través de una rebaja en los impuestos a las personas, claramente beneficia a la clase media y además, estimula el éxodo del alumnado, de colegios públicos a colegios privados.  Aquí queda absolutamente clara la política educacional del gobierno, si es que   a alguien aún le cabían dudas.

Tal vez, en lo personal, pueda yo ser uno de los beneficiados por este ajuste, pero prefiero mil veces avanzar en una sociedad más justa e igualitaria, que obtener mayores ingresos, merced a políticas, a mi parecer, erradas, que en nada contribuyen a la paz social.