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sábado, 11 de julio de 2020


A riesgo de ser impopular, expresaré mi opinión sobre el retiro del 10% de los fondos previsionales que las AFP se apropiaron mañosamente con el gentil auspicio de las fuerzas armadas, en aquellos aciagos días de dictadura, allá por los años 80.



Como antecedente relevante para el juicio que puedan hacer de mí, los que no estén de acuerdo con este manifiesto, les aseguro que, si yo (perdonen la auto referencia) hubiese alcanzado a cotizar en el antiguo régimen de reparto, del cual van quedando los últimos vestigios, jamás habría migrado al modelo de Capitalización individual, por las siguientes razones básicas:


  • Como hijo de obrero, por ende, de clase obrera, educado en un hogar profundamente de izquierda, con un padre ejemplo de coherencia e identidad de clase, comprometido con el Proyecto Socialista del Doctor Allende,  con poca instrucción académica pero con una tremenda claridad política, que en alguna medida nos transmitió, teníamos claro que la creación del Modelo de Capitalización Individual, era un golpe artero a los derechos de los trabajadores, que solo se explicaba al amparo de una Dictadura cruel y despiadada que arrasó con los derechos del pueblo, con la justicia, con las libertades individuales, con la Salud Pública, con la Educación Pública, con la organización de los trabajadores y un tremendo etcétera.
  • Teníamos claro también, que la creación de las AFP, no nacía precisamente de una intención de mejorar o siquiera solo reemplazar el sistema de reparto, sino de la ambición desmedida de la mafia civil de la dictadura, de hacerse de ese tremendo caudal de dinero que generaban y generan millones de trabajadores. Un tremendo tesoro que se les entregó gratuitamente, como pago a sus públicas genuflexiones ante el poder militar, que le daba sustento a la dictadura, para que hicieran con el sus sucios negocios. Si aún existen incautos que se creen el cuento del modelo, es cuestión que se pregunten, porque las Fuerzas armadas nos impusieron a todos los chilenos el aberrante modelo de AFP y ellos, astutamente (oh Iluminados!!!), mantuvieron su régimen previsional.
  • No era necesario saber matemáticas para darse cuenta que el Modelo de Capitalización Individual jamás iba a garantizar una vejez digna, con un nivel de vida al menos cercano a los que cada trabajador construye en sus 35 a 50 años de trabajo. Un simple ejercicio aritmético demuestra que, incluso con la ilusa esperanza de una economía estable, la capitalización de cada cuenta individual en particular no alcanzaría jamás un monto suficiente para solventar una jubilación correspondiente con lo que cada persona aportó con su trabajo al desarrollo del país. Ellos (los que se apoderaron de nuestros fondos) nos dicen: "usted en 40 años ha aportado 50 millones de pesos y ahora tiene 100 millones de pesos, le duplicamos su fondo, 100% de ganancia" Esa es una tremenda mentira, propia de ellos por supuesto, pues no consideran la corrección monetaria, el poder adquisitivo que mis primeros fondos fueron perdiendo por la inflación acumulada año tras años y que reducen la ganancia real en forma sustantiva.
  • Pero la razón fundamental es porque creo en la solidaridad como un valor imprescindible si queremos construir una sociedad justa, en donde nadie se muera por que le falta atención de salud, en que cada joven tenga acceso garantizado a Educación de calidad, que a nadie le falte una vivienda digna, que no se mantengan en pleno siglo XXI relaciones esclavistas desde algunos empresarios sobre los trabajadores, y por supuesto, que tengamos un sistema de previsión solidario, garantizado por el Estado, que somos todos, para que todos los trabajadores tengan una vejez digna y disfruten de lo que sembraron con su trabajo durante décadas.
No obstante todo lo anterior y, más bien, precisamente por eso, sin estar en contra, tengo mis dudas sobre si el retiro de los fondos sea una buena solución para los trabajadores y expongo  mis razones, que, obviamente no tienen nada que ver con las razones de la asociación de AFPs:

  • Aunque no creo que el retiro perjudique de modo sustantivo el monto de jubilación que obtendremos en el futuro, si me parece que le estamos facilitando la pega a quien debe hacerse cargo de los efectos de la Pandemia, es decir, el Gobierno, y no precisamente llamando a los trabajadores a endeudarse, como si fuera poco el nivel de endeudamiento de los chilenos, somos el número 1 en América Latina, dudoso honor.

  • Independiente del Modelo de Previsión que finalmente logremos alcanzar, lucha en proceso mediante, se requieren recursos para garantizar el funcionamiento de ese modelo, máxime si queremos que sea un modelo solidario y de reparto. Si empezamos a retirar los fondos, estamos desde ya renunciando al uso solidario de ellos, el que tenga más podrá sacar más y el que tenga menos (la mayoría) no alcanzará a solucionar sus problemas económicos con lo que pueda retirar. ¿Donde queda entonces la solidaridad, lo colectivo?
  • Pero lo más relevante, ligado con el punto anterior, es que al retirar parte de nuestros fondos, le estaremos dando nuestra "bendición" al sistema de capitalización individual, estaríamos validando un modelo ineficiente y perverso, pues la principal razón que esgrimimos es que son "nuestros fondos", los tuyos, los míos, los del vecino, propietarios individuales de lo que esta en nuestras cuentas: tus 5 millones, mi millón, el 1/2 millón del vecino... Etc. Donde queda entonces nuestra lucha por un modelo más justo, solidario y de reparto? o estoy muy perdido? o estaba soñando que nos habíamos convertido en buenas personas, no por la Pandemia, sino por la Rebelión de octubre 18?.
Claro, también hay buenas razones para estar de acuerdo:
  • Recuperar algo de lo que estos sinvergüenzas nos han robado durante años, porque apropiarse de nuestras cotizaciones para hacer negocios y ganar dinero sin arriesgar el de ellos, para mi es un robo, de aquí a la quebrá del ají.
  • Sin que sea una real solución para la mayoría de los trabajadores, al menos es un paliativo para la terrible situación que muchos están viviendo.
  • Y la más importante, la experiencia nos dice que nada nos asegura que  no pueda venir un crack de proporciones, que reduzca nuestros fondos a cenizas y ante lo que nadie responderá. Un retiro hoy, nos garantiza, por lo menos, no perder todo.
Por último, quiero manifestar que lo que debiera ser irrenunciable hoy, es que sea cual sea el modelo de previsión que tengamos, cualquier persona que comprobadamente, junta médica acreditada mediante, tenga expectativas reales de vida de corto plazo, pueda obtener los ingresos de los fondos previsionales, al menos proporcionalmente a lo que el aportó en su vida laboral y al grado de reducción de su esperanza de vida, para su legítimo goce (o alivio al menos) por toda una vida aportando al desarrollo del país, sea que tengamos un modelo como las AFP aún o un modelo de reparto, colectivo y solidario, caso en el cual, mayor razón aún para garantizarlo.

Invito a la reflexión, no tengamos temor de pensar y disentir.