No es que me entusiasme el plebiscito del 25, no me hago muchas expectativas con el escenario que se plantea tras un eventual triunfo del Apruebo.
Tengo amigas y amigos, compañeras y compañeros entrañables, a los que aprecio y admiro, por todo lo que han entregado en pos de sus ideales, que le dan cero valor a este proceso, más aún, verbalmente tratan muy mal a quienes, por una mirada diferente, pero propia y absolutamente legítima, estiman (o estimamos) que el ejercicio del próximo domingo 25 de octubre es válido y simbólico.
Sabemos que este proceso nace de un acuerdo entre cuatro paredes del gobierno y los partidos más colaboracionistas que están representados en el parlamento, que tuvo como principal objetivo darle aire al gobierno del actual Presidente.
Sin embargo, a pesar de todo eso, creo que podemos convertir esta instancia en un triunfo categórico, que tal vez no traiga beneficios concretos y palpables, pero no solo de pan vive la mujer compañeras y compañeros, y el hombre tampoco.
Además, para que estamos con cosas, desde la calle tampoco hemos sido capaces de cambiar la Constitución en 30 años, así es que, respetando todas las posiciones, creo que nada se pierde con participar en este plebiscito y si algo podemos ganar, poco tal vez, pero no existen los procesos big bang, hay que construir, hay que seducir, hay que "evangelizar".
En treinta años, no hemos podido eliminar la constitución de la Dictadura, diseñada para que nadie pudiera cambiar su esencia autoritaria, neoliberal y antidemocrática. Hoy tenemos la oportunidad de hacerlo y ese solo hecho, para mi vale el esfuerzo.
Que importa que la derecha se quiera subir al carro de la victoria, si todos sabemos que, lo único que demuestran con eso es que se sienten perdidos, que no tienen dignidad, porque ni siquiera son capaces de defender sus propias convicciones e igual se tienen que tragar el amargo sabor de una derrota inevitable.
Dar esta pequeña y, tal vez para algunos, insignificante batalla, es un tributo a todos los que lucharon contra la dictadura de Pinochet, un homenaje a los detenidos desaparecidos, a los ejecutados políticos, por que si ganamos nosotros, los más sencillos, como creo que ganaremos, habremos eliminado la herencia más emblemática de la Dictadura.
Pero tenemos que ganar por paliza compañeras y compañeros, porque solo de esa forma podremos exigir que la segunda patita de este ejercicio, que es la elección de los constituyentes, se haga de forma diferente a como lo manda la actual constitución y podamos elegir a nuestros representantes entre candidatos absolutamente nuevos, mayoritariamente del mundo social. Que ningún ex personero de ninguno de los gobiernos post dictadura pueda ser constituyente, ni siquiera candidato, que ninguno de los parlamentarios que se han paseado por el congreso en estos treinta años, sin hacer ningún esfuerzo real por cambiar la constitución pueda siquiera ser candidato a constituyente. Porque todos sabemos que de esta plaga actual de Políticos como Pepe Auth, Lorenzini, Insunza, Lagos, Burgos, Goic y un largo Etc., por nombrar solo a los supuestamente de oposición, no queremos saber más, que se vayan, que se dediquen a contarle cuentos a sus nietos, que a nosotros ya nos contaron bastantes.
Y ya que a algunos les gusta tanto el lenguaje bélico (a mi no, de verdad que no), deben saber que las guerras se ganan venciendo en pequeñas y grandes batallas, todo suma, aunque algunas de esas batallas parezcan insignificantes y se libre en terrenos que no nos gustan.
Así es que, vamos todos compañeras, vamos con el alma llena de banderas compañeros.
Algunas características que se me ocurren para una nueva constitución
- Que garantice realmente Educación gratuita y de calidad para todos. Que el Estado se haga responsable. Ah, y que no se castre la libertad de los estudiantes respecto de su cuerpo; ningún colegio debiera poder exigir, por ejemplo, que un estudiante varón lleve el pelo corto, es una medida machista, abusiva, autoritaria y humillante para la persona o pedirle a una niña que no se tiña el pelo, es su pelo y el color que lleve en nada atenta contra su formación y estudios.
- Que garantice Salud y bienestar. Mínimamente, que ningún trabajador tenga que gastar más de un 10% de sus ingresos mensuales en salud, ni que eso se mantenga por más de un año. Que nadie quede endeudado ni endeude a su familia, por atención de salud. Que primero se atienda y se de el debido tratamiento a un paciente y luego se verifique el pago de las atenciones, sin exigencias de avales, ni letras por pagar, ni cheques. La vida es el bien más valioso. Que los jubilados, mayores de 70 años, no paguen cotizaciones por salud y tengan atención preferencial.
- Que garantice Vivienda digna para cada familia que viva en Chile
- Que garantice el acceso al trabajo. Todos tenemos algo que aportar y sea cual sea el oficio, merecemos un sueldo digno y suficiente por nuestro trabajo.
- Que garantice que a iguales funciones, iguales remuneraciones, independiente del género, basta de discriminación.
- Que garantice una jubilación y vejez digna, pasar de la capitalización individual a un modelo solidario.
- Que respete y vele por los derechos de los inmigrantes.
- Que garantice penas efectivas para los corruptos, basta de clases de ética como sanción.
- Que elimine la figura del agente encubierto (infiltrados). En todo el mundo estos criminales hacen más daño que el que pretenden impedir. Bastante claros y abominables son los ejemplos de El Mossad, la CIA, la KGB, la DINA, la CNI, la ANI, por nombrar algunos.
- Que elimine la figura de secreto de Estado, es otro pretexto que solo se presta para abusos y corrupción. O al menos que haya un consejo, elegido por el pueblo, que delibere si la información realmente puede afectar la seguridad interior del Estado, respecto de otros Estados.
- Que respete y promueva la diversidad, sexual, política, religiosa, facilitando la dictación de leyes inclusivas.
- Que garantice el cumplimiento de los derechos de los trabajadores. Aún hay empresas que tratan a sus trabajadores como verdaderos esclavos.
- Que garantice el derecho a una niñez protegida y con oportunidades reales de acceder a mejores niveles de bienestar.
- Que promueva constantemente el respeto y protección real de la mujer. Basta de violencia de género sin freno, basta de abusos, basta de violaciones.
- Que establezca el derecho a la felicidad, que como mínimo signifique el goce de todos los derechos garantizados por la constitución y el respeto a su individualidad y a los derechos humanos que sobre cada individuo se consagran. Que ningún ciudadano se sienta abandonado o desechado por el Estado.
Solo son algunos ejemplos sobre los que deberemos discutir, entendiendo que el mundo social es diverso y cada sector tiene sus propias reivindicaciones.
Y conste que no hablo de cambiar el modelo económico aún, pero algo habrá que hacer al respecto.
Por ahora solo pido que trabajemos para que nunca más una niña o niño pase hambre, o tenga que pedir en la calle para comer, que nunca más alguien muera porque no pudo pagar atención médica, que nunca más una familia se arruine por el intento de salvar de la muerte a uno de los suyos, intento que muchas veces ni siquiera tiene éxito.
Que nunca más un empresario defraude millones de millones y su única sanción sean clases de ética, que nunca más una mujer tenga que caminar con temor por las calles, que nunca más una persona sea asesinada o golpeada por su opción sexual, que nunca más veamos familias completas viviendo en la calle, que nunca más un joven o una joven frustre su sueño de estudiar porque no puede pagar una matricula, que nunca más las y los jóvenes terminen sus estudios y tengan hipotecada su vida por la deuda de los créditos universitarios, que nunca más una niña o un niño sean abusados en un hogar de SENAME o en una casa de acogida o en donde sea que se encuentren.
Que seamos una sociedad justa, solidaria, generosa, empática, respetuosa de las y los otros y que vivamos felices.
En conclusión, con respecto al título de esta publicación, entre Iluso y expectante, me declaro expectante.
Vamos que se puede vencer.
ResponderEliminarPor la dignidad de nuestro pueblo.